El poco resultado de mi estratagema me puso de tan mal humor que so pretexto de que la recién llegada necesitaría descansar de las fatigas del camino, abrevié la visita y me marché a la calle.
Necesitaba respirar un poco el aire libre, coordinar mis ideas, darme cuenta a mí mismo de lo que me estaba pasando. Luisa, al despedirme de ella, me había encargado mucho que no dejase de buscarlas a la mañana siguiente para dar un paseo por la orilla del mar. Aunque no me dijo nada de si asistiría o no Julia a este paseo, yo supuse que, fatigada del viaje, no se encontraría de humor para madrugar tanto, y esta idea me animó a acudir a la cita.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.