CAPÍTULO 4: De cómo se ha desarrollado el hombre de alguna forma inferior
En el capítulo primero hemos visto que la conformacion homológica del hombre, su desarrollo embrionario, y los rudimentos que de él conserva, prueban de la manera más evidente que desciende de alguna forma inferior, sin que el estar dotado de facultades mentales del órden más elevado constituya ninguna objecion incontrovertible. Para que un sér de apariencia simia haya podido transformarse en hombre, es necesario que esa forma anterior, lo propio que las que consecutivamente la han seguido, hayan variado todas física y moralmente. No es posible tener pruebas directas sobre este punto, pero sí podemos llegar á consignar que el hombre varia actualmente, y que sus variaciones resultan de las mismas causas y obedecen á las mismas leyes generales que las determinan en los animales inferiores: no puede caber duda alguna de que los términos intermedios y precedentes de la série hayan variado de una manera parecida. Las variaciones en cada período de descendencia se han debido tambien acumular y fijar en cierto modo.
Es evidente que el hombre está sujeto actualmente á una gran variabilidad. En una misma raza no se encuentran dos individuos completamente parecidos. Nótase igualmente una gran diversidad en las proporciones y dimensiones de las distintas partes del cuerpo. Por más que en algunas partes de la tierra parece prevalecer un cráneo prolongado, y un cráneo más corto en otras, hay una gran diversidad en la forma de esta parte del cuerpo, aun en los límites de una misma raza, como entre los individuos de la América y de la Australia del Sud, y hasta entre los habitantes de un territorio tan reducido como el de las islas Sandwich. Un dentista eminente me asegura que hay casi tanta disparidad de dientes como de fisonomías. Las arterias principales presentan con tanta frecuencia trayectos anormales, que se ha reconocido para las necesidades quirúrgicas la utilidad de calcular, estudiando 12,000 casos el término medio de los diferentes trayectos observados. Los músculos son eminentemente variables; el profesor Turner dice que los del pié no se encuentran rigurosamente parecidos en dos cuerpos, de cincuenta que se observen, y en algunos presentan divergencias considerables.
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